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lunes, 5 de mayo de 2008

Decora e ilumina


RPP) Hagasé la luz, pero con armonía. En casa solemos poner nuestros típicos focos de 100 watts, sin tomar en cuenta que la iluminación es un elemento fundamental para crear un buena apariencia en nuestro hogar y hacerla más cómoda y acogedora.

El lugar, el color, la decoración al rededor y la funcionalidad son factores que debemos tener en cuenta al momento de elegir un tipo de foco o lámpara. Pero congeniar la iluminación con el lugar donde vivimos no es tarea tan díficil como pensamos. Estos consejos nos pueden ayudar a renovar los rincones favoritos de la vivienda:

La sala:

El espacio de reuniones por excelencia. La sala dice mucho de nosotros a nuestros invitados, por eso debemos convertirla en un lugar íntimo y agradable para los visitantes. Como dice el dicho, una imágen vale más que mil palabras. Es recomendable emplear luces de colores cálidos (amarrillos y naranjas) que puedan ser graduables, como las lamparas de pie. No deslumbres toda la habitación. Trata más bien de usar interruptores que permitan controlar la intesidad de la luz.

El color de las paredes también influye en el aspecto que queramos dar a este espacio, pues si las pintamos de color blanco la luz deslumbrará el lugar, en cambio, colores como el beige o tonalidades tenues suelen disminuir este efecto.

Por último, tener varios puntos de luz ayuda bastante, ya que usar una sóla fuente de luz puede crear un aspecto agresivo. Una buena opción es colocar varias lamparas en las mesas de estar.

El comedor:

A la hora de almorzar o cenar, la familia se reuné en torno a la mesa. Tener fuentes de luz natural permite dar un tono de frescura y vitalidad. Sin embargo, si carecemos de esta opción o vivimos en un departamento, podemos situar la luz al centro de la mesa, para que ilumine a todos los comensales.

Claro, que una sola fuente de luz es algo que puede impactar demasiado, por eso se aconseja usar varios puntos de luz que suavizen el ambiente. Una buena idea es usar varias lamparas colgantes sobre la mesa.

La habitación:

Si bien el dormitorio es el sito de descanso, solemos estudiar, leer o ver televisión en este espacio. Suele errarse con sólo poner pequeñas lamparas en los rincones, ya que se necesita una buena visibilidad.

Colocar una luz general y cubrirla con una pantalla que atenua la proyección de luz. Acompañado a su vez de iluminación en lugares puntuales de la habitación, al lado de la cama o el closet.

En el cuarto de los niños no es bueno tener lámparas pequeñas que tienden a ser más frágiles, es mejor poner focos en el techo o en la pared.

La cocina:

Para algunos este es el corazón de la casa, pues es uno de los lugares que más se utilizan y que sirven de encuentro para todos los miembros de la familia.

En la cocina podremos aprovechar muy bien la luz natural, ya que suele estar próxima al patio trasero de la casa. Es importante por ello, procurar que la luz entre desde los lados. Además, es posible usar un tragaluz que haga caer la luz del día y dejé que los olores de lo que estamos cocinando se desvanescan hacia el cielo.

Si se carece de estas opciones, podemos optar por una luz general en el techo, procurando que la luz sea clara y evitando las sombras. Este tipo de luz deberá ser blanca para poder desplazarnos y tener todo lo necesario para nuestras tareas culinarias.


Cuidando el medio ambiente:

Si bien vemos muy lejano el día en que la tierra colapse, poco a poco estamos destruyendo el ambiente, lo vemos muy claro con la serie de inundaciones y olas de calor que se viven a lo ancho del planeta. Usar focos ahorradores es una muy buena alternativa para ayudar a paliar en algo estos nefastos efectos. ¿Por qué? Muy simple, los focos ahorradores reducen hasta un 60% la energía que gastamos, ese cambio disminuirá 130 kg de CO2 por año y de paso, pagaremos menos en la cuenta de luz a fin de mes.

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